Los actos en honor a La Dolorosa del Colegio, a 100 años del prodigio, entraron ayer al punto máximo.
La imagen llegó al templo, luego de una breve procesión.  Los alumnos del colegio San Gabriel llevaron el cuadro de Nuestra Señora de los Dolores, como fue conocida antes del Milagro, a la iglesia La Dolorosa, donde se celebró la misa de la institución, a las 09:00.

La Eucaristía solemne

Al terminar la  misa del Colegio,  gente de todas las edades llenó de nuevo la iglesia. Todavía faltaba media hora  para iniciar la ceremonia  y el templo, con capacidad para 1 200 personas sentadas, 
estaba lleno aún en el coro y graderíos bajo el altar.

Los  clérigos entraron al templo y el grupo musical cantó Dolorosa. Monseñor Raúl Vela Chiriboga, Arzobispo Primado del Ecuador, presidió la misa, no sin antes esparcir sahumerio en el altar.
 
Para entonces, el templo no daba para más. Los devotos prefirieron la incomodidad antes de no participar de la ceremonia. Incluso las cuatro puertas del lugar estaban llenas y había  gente que desde afuera intentaba oír.

En la homilía, el Arzobispo relató el Milagro y su contexto. Habló de un "laicismo mal entendido", en la educación, en la era liberal.

A propósito de ello, tocó el lema del centenario: "Por una educación de calidad de la que nadie quede excluido y que erradique la pobreza", y de la responsabilidad de la sociedad para cumplirlo. 

Los cantos marianos emocionaron a la gente, muchos, con  gesto de paz y otros de dolor, lloraban mientras repetían versos como "Madre, tuyo soy,  y en tus manos me vengo a poner".

Sosteniendo con fuerza un rosario, una ancianita desde su silla de ruedas,  también cantaba. En su mano izquierda estaba el pañuelo con el cual  secaba sus lágrimas.

Al terminar la ceremonia, el Himno a la Dolorosa despertó aún más la emoción de los presentes. Muchos hicieron largas colas para mirar de cerca a "Mamita Dolorosa", o "La Lolita", como la llaman con cariño.

La serenata a La Dolorosa
 
En la misma iglesia, los alumnos del colegio San Gabriel organizaron  la noche del 19 de abril una serenata, que inició a las 19:00.

Entre los participantes estuvieron los ganadores del intercolegial de música y de poesía, dedicado a la Dolorosa del Colegio.

El templo se llenó esa noche. Jóvenes colegiales acompañaron a los gabrielinos en la fiesta de su patrona, algunos con temas inéditos, inspirados en La Dolorosa.

Pero no sólo adolescentes  tocaron en  la serenata. Un grupo de ex alumnos cantó Ave María. Más tarde llegaron el pianista Eduardo Zurita, el cantor lírico Hernán Tamayo y Damiano, los tres ex gabrielinos, quienes dijeron sentirse felices de tocar para María.

La noche avanzaba y el público se redujo, pero hubo quienes, como Diego Sosa y Juan Zambrano, de sexto curso del San Gabriel, por  amor a La Dolorosa y por su responsabilidad con el colegio, decidieron acompañarla hasta el fin del acto, a las 22:15.

En las celebraciones

La Inmaculada y Paulo VI compartieron el primer lugar en el intercolegial de música.
Estefanía Morillo,del colegio Sagrados Corazones de Rumipamba, ganó el premio a la mejor poesía para La Dolorosa.

A la Eucaristía solemne asistió el vicepresidente de la República, Alejandro Serrano; el alcalde de Quito, Paco Moncayo, y algunos concejales y diputados.

El Nuncio Apostólico, monseñor Giacomo Guido Ottonello, dio el mensaje del papa Benedicto XVI.