ENCUENTRO CON UN VIEJO AMIGO

Diciembre, 2005

Jaime Redín


Hace un par de semanas tuve que ir con mi esposa al Consulado General del Ecuador en Los Ángeles para tramitar unos documentos personales. En la ventanilla me dieron varios formularios que debía llenarlos. Mientras hacia esto, en la sala de espera, se podía ver y escuchar a otros ecuatorianos que estaban haciendo tramites similares o hablando con los empleados en las ventanillas.

De pronto, escuche mencionar un nombre de mujer, que no es muy común pero que para mi era muy familiar: Madaquito.  Una de las personas allí presentes mencionó este nombre mientras hablaba con un familiar y le dictaba alguna información necesaria para sus tramites. Madaquito era el apodo, que afectuosamente dábamos a la hermana (Magdalena) de un viejo amigo del San Gabriel, Galo Pacheco, de modo que el escuchar el nombre me trajo recuerdos de esos viejos tiempos.

Seguí con mi esposa, Maria de Lourdes, en el proceso de llenar el formulario, pero me dije a mí mismo, ojala que estas personas mencionaran el nombre de Galo, por que eso indicaría que son parientes de Galo Pacheco y entonces me atrevería a preguntarles por él. Pero esto me parecía una posibilidad muy lejana. El grupo era de tres personas, dos hombres de unos 40 o 60 años, y una señora mayor, de pelo cano, que parecería ser la madre de ellos.

Seguíamos, ellos y nosotros en el proceso de llenar los formularios y tramites burocráticos, cuando uno de ellos pregunta a su 'madre' cual es la dirección de la casa en Quito que están vendiendo, y ella dice: Aldana y Avenida América. En ese momento mi corazón dio un brinco, pues esa era precisamente la dirección de mi amigo Galo Pacheco. El fue mi vecino, cuando yo vivía el barrio América, y compañero desde preparatoria, primaria y luego secundaria. Su padre, Don Ricardo Pacheco era el mejor amigo de mi padre, y fue por eso que seguimos la misma ruta de estudiantes. Don Ricardo falleció en un accidente de transito en 1954 mientras regresaba de un partido de fútbol con mi padre.

Quiso la Providencia Divina que mi padre sobreviva, pero Don Ricardo falleció en los brazos de mi padre. Su esposa, la Sra. Imeldita llevó adelante el hogar y creció y educó con mucho amor y dedicación a sus hijos e hijas, Maria del Carmen, Magdalena (Madaquito), Galo, Guillermo, Pepe y Francisco (Pancho.) La Sra. Imeldita era como una tía para nosotros los hermanos Redín, ya que siempre llegábamos a jugar en su casa.

Tan pronto escuché la dirección de la casa, me acerqué prontamente donde la señora y le pregunté si conocía a la familia Pacheco Arboleda. Me dijo "claro, yo me llamo Rosa Arboleda." Inmediatamente asumí que ella era hermana de la Sra. Imeldita y por lo tanto tía de Galo, y le pregunté por Galo. No tienen idea la inmensa sorpresa que me llevé cuando, señalando a una de las dos personas que llenaban el formulario, me dice, "claro ahí está - él es Galo y yo soy su mamá."  - "entonces, es usted la señora Imeldita?" - "si, yo soy Rosa Imelda."

A ese punto mi mente estaba totalmente alborotada. No podía creer que mi amigo de la infancia, a quien no había visto desde que salimos del Colegio porque emigró a los EE UU, estaba allí y ni siquiera había podido reconocerle. Por otra parte, mi corazón estaba lleno de emoción de ver a la Sra. Imeldita en persona. Naturalmente me identifiqué y se emocionó igualmente de verme al cabo de tantos años.

Galo se acercó y nos dimos un caluroso abrazo. La persona que lo acompañaba era su hermano chiquito, el travieso Pancho.

Enseguida llamé a mi esposa y les dije: "Quiero que conozcan a mi esposa María de Lourdes Cascante, y quiero que sepan que si hoy día estamos aquí en este Consulado es por ustedes!" La Sra. Imeldita me preguntó que cómo me entere que ellos iban a estar hoy día en el Consulado? Y entonces les conté la historia que ellos no sabían.

En los años del colegio, en una fiesta que los Pachecos dieron en su casa, mi ahora cuñado, Fausto Cascante, hermano de María de Lourdes, se enamora de mi hermana Olgui.  Años mas tarde, en el día de su matrimonio, me enamoré de la hermana de Fausto, María de Lourdes, y aquí estábamos casados, 44  años después de la fiesta en casa de los Pachecos, conversando con los anfitriones que originaron nuestra historia!

La voz del empleado del Consulado rompió el hechizo y me llamé a la ventanilla para completar el trámite. Era un día Lunes y tanto Maria de Lourdes como yo tuvimos que regresar apresurados a nuestros trabajos. Nos despedimos de tan queridos amigos e hicimos votos de encontrarnos nuevamente para recordar los viejos tiempos.

Tan pronto llegué a casa esa noche, llame a Quito para hablar con Fausto y contarle de este feliz encuentro. Tenía esta vez curiosidad de preguntarle cómo fue que llegó a parar en esa fiesta ya que él no era amigo de los Pachecos? Y Fausto me contó el resto de la historia. La fiesta fue el 21 de Julio de 1961 (Fausto nunca se olvidará de esa fecha.) María del Carmen, la hermana mayor de Galo, le había invitado a Piedad, hermana de Fausto, pero el padre de Piedad no le daba permiso para que vaya a la fiesta a no ser que vaya acompañada de uno de sus cuatro hermanos. Fausto fue el chaperón de turno, pero como no conocía a nadie en la fiesta, le pidió a un amigo del barrio que le acompañe. Pronto se aburrieron en la fiesta ya que efectivamente no conocían a nadie, y decidieron salir a darse unas vueltas. Cuando regresaron la fiesta ya estaba terminando, y fue entonces cuando Fausto vio a mi hermana Olgui, y cupido se encargo del resto.

Galo y su esposa Irene han estado casados por 38 años, tienen cinco hijos y once nietecitos.  El es un Ingeniero Electrónico especializado en sistemas de navegación y electrónica global y trabaja para  la Northrop por mas de 30 años.  La Northrop es una compañía que tiene que ver con la defensa nacional, y Galo es un profesional muy calificado con altas responsabilidades.  Por razones de su trabajo viaja mucho a lugares tales como Europa, Taiwán y Turquía.  Pueden contactar a Galo en esta dirección: zpacheco@socal.rr.com