Reunión Mayo del 2004

Crónica de la Comida del Curso

Fernando Gavilanes


La comida del curso del mes pasado en la Choza fue emotiva, grata, para el recuerdo.

En mi afán de tomar la foto al primero en llegar, me adelanté unos minutos para disparar mi flash. En primer lugar llegó don Lucho Dávila. De no ser por su grueso abrigo, bufanda y sombrero, cualquiera hubiera creído que estaba cruzando la meta de los 20 Kilómetros de marcha de las Olimpiadas. 

Los demás fueron llegando uno a uno y no tiene importancia su orden. Lo que sí debo anotar es que pareció que la competencia en la que marchaban era de 100 kilómetros, porque el tiempo entre uno y otro, se fue sumando hasta llegar a la eternidad. Esta larga espera fue amenizada con unos whyscachos servidos a  aquellos que llegaron escapando,  a duras penas, de la sumisión hogareña. Otros más duchos en estas lides de salir de noche, llegaron más puntuales, impecables  perfumados…fueron también los más apurados en irse.

Llegó la hora de pasar a la mesa. La ilusión que uno tiene cuando te pasan la carta, se chorrea cuando ves el mismo menú de todos los días y sientes la misma frustración de cuando te equivocas y llevas al baño los clasificados del Comercio.

Al final terminas escogiendo los consabidos llapingachos con fritada.

El problema no es de uno; uno ya está acostumbrado a que para homenajear al pariente, al amigo, al gringo, al compañero que viene de la Iunai o de más lejos, no falta el jetón que diga: “La Choza”….y otra vez: llapingachos con fritada. El problema es para el homenajeado, porque invitación que tiene, invitación que se lucen ofreciéndole unos ricos llapingachos con fritada.  Estoy seguro que el pobre infeliz sale del Ecuador lavado el cerebro y no me extraña que pida llapingachos con fritada cuando entra a un Mac Donalds.

  Un poroto para José Miguel Alvear, que por su iniciativa nos llevó a comer llapingachos con fritada a La Choza para homenajear a Alfredo Chiriboga que regresaba de visita al Ecuador después de 60 años de surgir en gringolandia como Marine, empresario y abstemio consuetudinario. 

Después de los llapingachos con fritada,  en forma ordenada y cuasi militar, el José Miguel nos permitió demostrar nuestras dotes de oradores a cada uno….. y  uno por uno tuvimos que improvisar elocuentes palabras en honor del homenajeado. Claro, que el que habló al último fue el más cagado porque todas las ideas que se había sacado la madre pensando, algún jetón lo dijo antes.      

Debo destacar la ocurrida y muy simpática intervención del Pichín Ponce, que en un perfecto Spanglish se dirigió al homenajeado. El final fue más divertido porque degeneró en un interrogatorio sobre sus conocimientos de inglés, para cerciorarse de que efectivamente el CHIJA había aprendido bien hablar inglés.

Al final llegó la cuenta. Yo sabía, que el que se sienta al lado del José Miguel, tiene que hacer de tesorero, así que cedí el gentil ofrecimiento que me hizo para sentarme a su lado a quien con merecimientos (y desconocimiento de causa) se me cruzó en ese momento: Carlitos Játiva, quien muy sonreído y orondo ocupó tan importante puesto.

Siempre….siempre, la llegada de la cuenta tiene ese no se qué que hace palidecer a unos y quitar la sonrisa a otros. Esta vez no fue la excepción. Silencio, movimiento de sillas, manos al bolsillo, plumas en ristre.  El nivel de la conversa bajó. Por ahí oí que alguno le decía al Carlitos, mientras quería hacer cuadrar la multiplicación de los factores con lo que decía el papelito: “aumentémole un pite”, pero él, tan caballero y tan buen economista se mantuvo en sus cuatro y dijo  que no y que no, y no nos quedó otra que caernos con lo que dijo el Carlitos. Por ahí ví las caras de algunos como que no estaban tan seguros de la operación matemática, pero fue algo que solo yo pude darme cuenta.    

Al final abrazos y promesas, yo me abracé con el Pichín Ponce, Leonardo Alvear, Edison Armas, Ramiro Cruz, Luís Alfonso Dávila, Carlos Játiva, Alfredo Chiriboga, José Miguel Alvear,  Antonio Chiriboga, Patricio Oliva, Fernando Nuñez, Arturo Banderas, Marcelo Ponce y unito que se me escapa que no es el Marcelo Checa.

FGG


La dolorosa, (la cuenta)